lunes, 13 de junio de 2011

El Ministerio de Trabajo


Algo tiene el Ministerio de Trabajo que a personas que proceden del mundo sindical las transforma en personas que parecen salidas del mundo empresarial. Como muestra un botón, la entrevista de ayer, domingo, en El País, al actual ministro:

miércoles, 8 de junio de 2011

Los sindicatos la última defensa


Artículo de Manel García Biel en nuevatribuna.es

En estos momentos de vendaval de la derecha es preciso, más que nunca, reivindicar el papel de los sindicatos de clase que son sin duda el último bastión de defensa de los derechos de los trabajadores y de las clases populares.
En los últimos tiempos de la crisis, con un Gobierno y un PSOE desnortados y lanzados en brazos de las políticas neoliberales, los sindicatos han sido la única fuerza organizada que ha dado respuestas de izquierdas y de defensa de lo público y lo social:
1. La Huelga General del 29 de septiembre contra la Reforma Laboral, con todos los factores en contra, incluso una casi unanimidad de los medios de comunicación, los de la derecha y los afines al gobierno Zapatero, constituyó una respuesta socialmente importante en unos momentos de profunda crisis.
2. El acuerdo de Pensiones, que por muchas críticas que se le quiera hacer es evidente que evitó otra vuelta de tuerca muchos más fiera por parte del Gobierno y del Parlamento.
3. La recogida de firmas de la Iniciativa Legislativa Popular que va a permitir mantener viva la lucha contra la Reforma Laboral y va a obligar a los partidos a tener que retratarse ante la ciudadanía de nuevo.
4. El magnifico “Manifiesto de CCOO por un cambio de políticas y un impulso democrático” un verdadero compendio para la regeneración desde la izquierda, injustamente obviado y no publicitado por los medios de comunicación.
5. Los procesos de movilización contra los recortes, en diversas zonas. Destacaría el caso de Murcia y la gran manifestación de Barcelona, el 14 M, donde decenas de miles de personas se movilizaron en una respuesta ciudadana estructurada y organizada, antes de las concentraciones del 15 M.
6. El fracasado proceso de negociación de la Reforma de la Negociación colectiva del cual la única responsabilidad es la de una patronal no modernizada y dominada por los sectores más reaccionarios. Rosell lo dice muy claro en El País “Los sindicatos querían entrar en las empresas y no podíamos permitirlo”. Naturalmente, los sindicatos españoles se han actualizado y por tanto están dispuestos a hablar de flexibilidad siempre que sea con participación de los representantes de los trabajadores, como sucede en estos países europeos de los que siempre nos hablan.
Los sindicatos denostados por muchos, ignorados la mayoría de las veces por los medios de comunicación supuestamente progresistas, denigrados por los medios de la derecha, son las únicas organizaciones que se mantienen en estos momentos, gracias a que su relación es directa con los centros de trabajo a través de los miles de delegados sindicales.
Es evidente que un triunfo de la derecha, del PP, va a comportar el intento de debilitar a las organizaciones sindicales. Ya los elementos más conspicuos de la derecha como Esperanza Aguirre, no ocultan su profunda aversión hacia los sindicatos. Y la derecha es consciente que el último obstáculo que se le interpone ante el poder absoluto y omnímodo son los sindicatos, donde la izquierda social está estructurada y organizada. No olvidemos, ellos no olvidan, que el primer tropiezo de Aznar en su época más esplendorosa, cuando gozaba de mayoría absoluta fue la Huelga General contra “el Decretazo” que se vio obligado a rectificar.
Por tanto ante esta situación que se nos presenta creo que son urgentes dos cosas:
a) Que el conjunto de la gente que se considere de izquierda se comprometa en colaborar en una defensa acérrima ante los posibles ataques de la derecha a las organizaciones sindicales. Por suerte tenemos un factor a favor, que es la propia Constitución y el papel constitucional que les da a las organizaciones sindicales.
b) No dejar a los sindicatos, a la izquierda social sola. En estos momentos en que el PSOE ha dejado de ser una referencia, no sólo está en retirada, sino que poco puede ofrecer a la izquierda, se precisa una confluencia de las fuerzas progresistas y su articulación en un proyecto político común roji-verde. Tiene razón Gaspar Llamazares, es preciso un “frente amplio” que incluya a IU Abierta y a otros sectores de IU que lo deseen, a ICV y Espacio Plural, a Equo y sus organizaciones asociadas, a intelectuales, a independientes progresistas e incluso militantes socialistas desencantados del PSOE. Una confluencia que una a todos los que no se resignan a ceder ante la derecha política ni ante las políticas de derechas.
Así pues, es necesaria y urgente una articulación de los progresistas para que confluyan conjuntamente con el movimiento sindical de los trabajadores para poder hacer frente a la ofensiva de la derecha que vamos a tener que soportar.

martes, 7 de junio de 2011

Se confirmó la ruptura.

Al parecer al Ministro de Trabajo no le parece oportuno analizar de quién es la responsabilidad de la ruptura en la reforma de la Negociación Colectiva.

Es curioso, teme ofender a la CEOE un ministro supuestamente socialista que procede de un sindicato.

¿Qué tendrá el poder que hace olvidar los propios principios?

miércoles, 1 de junio de 2011

Artículo de Rafa Bernardo en cadenaser.com

Negociación colectiva: por qué sindicatos y empresarios están al borde de la ruptura

Los desencuentros son muy profundos y afectan a las materias clave de un posible pacto: qué ocurre cuando expira un convenio, cómo articular las medidas de flexibilidad interna, cuál es el diseño de la negociación colectiva y quiénes pueden quedar fuera de convenio. Vamos a desgranar esos puntos uno a uno.

Duración de los convenios
Es una de las claves sobre las que ha girado todo el proceso negociador. Hasta ahora, cuando termina el periodo de vigencia de un convenio, sus efectos se siguen aplicando hasta que se acuerda otro; es lo que se conoce como "ultraactividad". La aspiración última de los empresarios es acabar con ella, mientras que los sindicatos querían mantener esa protección, aunque espoleando la negociación de un nuevo convenio.
Sindicatos: En su texto, plantean que los propios convenios fijen el plazo máximo de negociación de un nuevo convenio, y que cuando pase ese plazo, entren en acción los mecanismos de mediación y arbitraje. Subrayan que el sometimiento obligatorio a esta mediación y arbitraje tendría que ser compatible con el derecho a la huelga y que los acuerdos alcanzados con estos procedimientos puedan ser recurridos ante la jurisdicción social.
Empresarios: La vigencia de los contenidos de los convenios que hayan expirado tendría un límite máximo de seis meses. Si la mediación no tiene éxito y no se convoca a un árbitro, o si el arbitraje fracasa, los efectos de los convenios expirados dejarán de aplicarse y los trabajadores quedarían incluidos en el convenio de nivel superior, o en su defecto, quedarían sin cobertura de convenio. Las condiciones del convenio expirado pasarían a incorporarse al contrato de cada uno de los trabajadores.
Flexibilidad interna
Otra de las claves. Uno de los objetivos principales de la reforma era aumentar las posibilidades de la flexibilidad interna (cambio en los horarios, los salarios, las tareas de los trabajadores...) para evitar el recurso a la llamada flexibilidad externa (los despidos).
Sindicatos: Que los convenios sectoriales instituyan reglas para los cambios en los horarios, la movilidad funcional, etc. En caso de desacuerdo en el seno de la empresa, se buscará una solución primero en la Comisión Paritaria del convenio correspondiente, y de fracasar esta vía en los procedimientos de mediación y arbitraje. Lo mismo se aplica en el caso de modificaciones hacia abajo de los salarios: primero, búsqueda de acuerdos entre empresarios y representantes de los trabajadores, luego recurso a la Comisión Paritaria y finalmente mediación y arbitraje.
Empresarios: que el empresario pueda distribuir irregularmente hasta el 20% de la jornada ordinaria de los trabajadores. Para llegar hasta un 30% el empresario deberá aducir causas técnicas, organizativas o de producción, y en el caso de modificaciones más amplias o permanentes se acudiría al procedimiento fijado por el Estatuto de los Trabajadores, que incluye consultas y recurso final a un arbitraje, con el añadido de que el árbitro tendría que decidir sólo sobre la propuesta empresarial, sin considerar soluciones alternativas ofrecidas por los trabajadores.
Estructura de la negociación colectiva
Sindicatos: que los sectores (estatales o autonómicos) ordenen la negociación colectiva, incluyendo qué materias corresponden a los distintos niveles (sectorial, provincial, de empresa) y la interrelación de estos niveles entre sí.
Empresarios: que, además del nivel de convenio de empresa, haya otras fórmulas (acuerdos y pactos de empresa) a las que se les reconozca carácter normativo, y que puedan inaplicar lo establecido en convenios de nivel superior. Que, mientras un convenio sectorial esté en vigor, se puedan abrir negociaciones de convenios de nivel inferior.
Aplicación de los convenios
La disputa en este caso se centra en quiénes pueden quedar excluidos de convenio. Los empresarios son partidarios de que cuantas más personas eludan sus efectos, mejor para sus intereses.
Sindicatos: Sólo los altos directivos pueden quedar excluidos del convenio.
Empresarios: Todas las personas con alguna responsabilidad delegada por los directivos pueden quedar fuera de convenio. A las empresas de menos de seis trabajadores que comiencen su actividad no se les aplicará el convenio durante los primeros dos años.
En qué había acuerdo
Sindicatos y empresarios sí que habían llegado a consensos en algunas materias puntuales. Por un lado, se había avanzado mucho en reforzar el papel de las Comisiones Paritarias de los convenios y de los mecanismos extrajudiciales de solución de conflictos (mediación y arbitraje). Así, las Comisiones Paritarias se convertirían en primera referencia a la hora de interpretar los convenios, solucionar conflictos y adaptar y revisar convenios durante su vigencia. En cuanto a la mediación y al arbitraje, se había acordado agilizar los procedimientos, sobre todo para que actúen a nivel de empresa; su uso es voluntario, pero se recomienda que se incluya una obligación de acudir a ellos como contenido mínimo de todos los convenios.
El segundo punto mayor proximidad era el referido a las mutuas. Se había acordado la mejora de la gestión y el refuerzo de la participación de empresarios y trabajadores en su control. También la participación de las mutuas en los procesos de enfermedad común para agilizar los procesos de recuperación. Y un aspecto que interesaba mucho a los empresarios: que de cara a los presupuestos de 2012 se estudie si el superávit de las mutuas puede servir para una rebaja de las cotizaciones empresariales por accidentes de trabajo, una evaluación que se seguiría haciendo periódicamente. Y sobre absentismo, se había acordado elaborar trimestralmente un indicador para su seguimiento, tanto en el sector privado como en el público, para que se puedan adoptar las medidas correctoras adecuadas del absentismo injustificado.
Estos acuerdos parciales, advierten los sindicatos, no tienen ningún valor si no hay un acuerdo total en negociación colectiva. Por lo tanto, si finalmente fracasa el pacto y el gobierno tiene que legislar, habrá que ver si recoge o no estas propuestas; de hacerlo, incurriría en la ira de UGT y Comisiones.